Día despejado, temperatura
agradable y apenas hay viento. Un swing de manual, un impacto perfecto con el
driver que hace que la bola salga volando disparada como un Patriot, con una trayectoria recta
como si la hubiesen trazado con Autocad. Cae en mitad de la calle y para de
rodar a más de 200 metros. Sin duda, la vida puede ser maravillosa.
Yeah!
El mar está glassy, o cristalino
para los profanos, y el pico ordenado. Las olas rompen con fuerza, pero siempre
igual, abriendo a ambos lados. Una remontada sencilla y a cabalgar los regalos
del dios del mar. Silver Surfer tendrá poderes cósmicos, pero lo suyo no tiene
mérito, es todo una pose, ¡tanto tablón y en casi 50 años debió irse a la punta
dos veces! Un take off digno de Miki Dora, un leve giro para agarrar la pared y
directos al nose. Una onda larguísima, que se va abriendo como una cremallera.
Hoy toca hang five, o ya puestos, ¡hang ten! ¡Pura vida!
El pan nuestro de cada día... en un lugar muy lejano
Vaya partida, “La caída de
Gondonlin”, ¡esto sí que es épica! ¡97! ¡Tirada abierta! Malos tiempos para ser
un balrog, Gothmog, aunque seas el más poderoso de ellos. ¡Gondolin resistirá!
¡Muere, Maia renegado! ¡Muere, hijoputa!… La vida, sin duda, es maravillosa.
¡Me gusta el 99! ¡Me gusta el 99! ¡Tirada.. abierta!
Maderita 5 desde mitad de la
calle. Es una madera sencilla, malo será no salir de esta con dignidad, el par
está casi garantizado. Hasta que impacta en la bola con la cara del palo
abierta de más; ésta cae dos calles a la derecha, y encima en un bunker. Eso es
el principio del fin: tres golpes para sacarla de ahí y volver, más a menos, a
la calle, un approach que en vez de caer cerca de bandera se va a medio de los
pinos, con lo que el put en dos posterior no sirve de mucho Eso sí, una técnica
impecable… ¡Mal día para dejar de fumar!
OMFG! (Obsérvese la inexistente cabeza del palo)
El mar se ha puesto choppy o,
como dicen algunos, “bacheao”. El pico ya no está bien definido y las olas
rompen como les da la gana. El peor baño es el que no te das, se suele decir,
pero en ese momento el cuerpo pide salir de ahí cuanto antes, la cosa se puede
torcer, pero la mente... ¿la mente? La mente no está... el salitre se la ha
llevado. Llega la serie, rompe cada vez más adentro y cada vez es más difícil
pasar antes de que las olas rompan. Llega el fatal momento en el que el hombre
claudica ante su aciago destino, lamentado entonces llevar un 9 pies y no una
retro de 5 y algo para poder picar las espumas, ¿qué se hace?, ¿se coge la
espuma con la consiguiente retirada?, ¿se intenta aguantar el tipo?… ¡trágame tierra
mar!
Muerte, destrucción... ¡cumbia!
¿Es que los orcos no se cansan de
morir? ¡Por favor, que gentuza tan entregada a la causa! Eso pensaba el curtido
guerrero de la casa de Turgón, y con razón, hasta que un pequeño bastardo logró
colarle un crítico A en una decisión bastante polémica del DJ, todo sea dicho
de paso, esos malnacidos siempre quieren hacer sufrir a los PJ’s, valiéndose de
la aplicación de múltiples modificadores de naturaleza difusa. Esta vez, mira
tú qué casualidad, le sale al DJ un 00, y tirado delante de todos… Sayonara,
baby (A rañala, raparigo).
¡Esto no es lo que parece!
La fatalidad está siempre al acecho y en cualquier momento aparece dispuesta a dejar las cosas en su lugar. ¿Será el karma? ¿La Balanza de Moorcock? ¿El campo unificado? ¿Los Primigenios? ¿El Destino? ¿Dios? ¿El azar? Eso tanto da, lo importante es que al final vas y la cagas. ¿Será eso lo único que tienen en común tres disciplinas? Si lo es o no, eso ya lo veremos....
Y recordad: cualquier excusa es buena para poner fotos (fuente: Internet, claro).
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