Se nos ha ido uno de los grandes y desde aquí quiero dejar
un recuerdo/homenaje para el escritor de la segunda mejor novela de vampiros de
todos los tiempos: Soy Leyenda (la primera, claro, es Dracula de Bram Stoker), además
también es el autor de otras novelas
como El Hombre Menguante, El Ultimo Escalón, Mas alla de los Sueños, y de muchas otras novelas y cuentos cortos.
Muchas de estas obras después han sido llevadas al cine o a la televisión con más
o menos éxito. Y probablemente las mejores son aquellas en las que el mismo participo
como guionista, como en su etapa de éxito en La Dimensión Desconocida.
Una serie de ciencia ficción y/o terror
que influiría en toda una generación de escritores y directores como Steven
Spielberg, Joe Dante, Robert Zemeckis, Stephen King, y otros mas actuales como Richard
Kelly y M. Night Shyamalan entre otros.
Un pequeño fragmento de Soy Leyenda para que podais ver cual es el ambiente de la novela:
"Se sentó, malhumorado, en un
taburete junto al vertedero y sacó un cuchillo. Primero, fue separando los
pequeños dientes rosados entre sí, luego los cortó por la mitad. El acre y
penetrante olor inundó la cocina. Puso en funcionamiento el acondicionador de
aire y atmósfera quedó bastante limpia. Luego, con un punzón,
practicó un agujero en cada mitad de diente y las atravesó con un alambre hasta
formar unos veinticinco collares. En un principio colgaba estos collares en
los cristales, pero la pedrea le había
obligado a tapar todos los cristales con madera terciada. Finalmente había
sustituido estas maderas por tablones, con lo
que la casa se había convertido en un lúgubre sepulcro; pero había puesto fin a
aquella lluvia de piedras y vidrios rotos que entraba todas las noches en las
habitaciones. Y una vez instalados los tres acondicionadores de aire, se pudo
respirar mejor. Un hombre puede acostumbrarse a todo.
Cuando tuvo terminados los
collares, salió y los clavó en los tablones de las ventanas, y retiró luego los
viejos porque ya habían perdido casi todo el olor.
Realizaba este trabajo dos
veces por semana. No había otra forma de defenderse mejor que ésta, por el
momento.
¿Defenderse?, pensaba a
menudo. ¿Para qué? Durante la tarde pasó el rato haciendo estacas. Con la ayuda
del torno reducía los tarugos de madera a estacas de veinte centímetros. Luego
les afilaba la punta en la piedra de esmeril. Era un trabajo agobiante y
monótono, y el aserrín flotaba en el aire con su tibio olor y le penetraba los
poros y los pulmones, y le provocaba la tos.
Pero las estacas nunca
alcanzaban, independientemente de las que hiciese. Y los tarugos escaseaban
cada vez más. Pronto tendría que usar tablas. Pensó, irritado, que eso sería el
colmo. Todo era demasiado
deprimente y debía pensar en cambiarlo. ¿Pero cómo, si no podía dedicar ni un
minuto a pensar? Mientras torneaba, el altavoz del dormitorio dejaba llegar el
sonido de la Tercera,
la Séptima y la Novena de Beethoven. Con la
música llenaba el terrible vacío del tiempo. A partir de las cuatro de la tarde
empezó a contemplar el reloj de pared. Trabajaba en silencio, con los labios
apretando el cigarrillo, los ojos clavados en el taladro que mordía la madera
sembrando el suelo de un polvo blanquecino.
Las cuatro y cuarto. Las
cuatro y media. Las cinco menos cuarto. Sólo faltaba una hora y
los asquerosos bastardos rodearían la
casa. Tan pronto como se pusiera el sol, aparecerían."
Ademas tambien os dejo unos cuantosarticulos y reseñas: La espada en la tinta , La Fraternidad de Babel, El Emperador de los Helados,
Un episodio guionizado por el: Pesadilla a 20000 pies
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