miércoles, 10 de julio de 2013

Nacido de hombre y mujer de Richard Matheson




X — Este día había luz y madre me llamó asco. Eres un asco dijo ella. Vi en sus ojos el enfado. Me pregunto qué es un asco.
Este día había agua cayendo de arriba. Caía por todas partes. Yo lo vi. La tierra de la parte trasera que yo observaba desde la ventanita. La tierra chupaba el agua como labios sedientos. Bebió demasiado y se puso mala y movediza y marrón. No me gustó.
Yo sé que madre es una bonita. Donde está mi cama con paredes frías alrededor tengo un papel que estaba en el horno. El papel dice ESTRELLAS DE LA PANTALLA. En las fotos veo caras como las de madre y padre. Padre dice que son bonitas. Lo dijo una vez.
Y dijo que también madre. Madre tan bonita y yo muy aceptable. Dijo fíjate y ya no tenía la cara bonita. Toqué su brazo y dije todo va bien padre. Tembló y se apartó para que no pudiera tocarle más.
Hoy madre me soltó la cadena un rato y pude mirar por la ventanita. Por eso vi el agua que caía de arriba.

XX — Este día habría brillo arriba. Cuando lo miré me dolieron los ojos. Después de mirarlo el sótano está rojo.
Creo que esto era iglesia. Ellos se van de arriba. La gran máquina se los traga y se va y ya no está. En la parte trasera está la pequeña madre. Es más pequeña que yo. Yo soy grande. Es un secreto pero he arrancado la cadena de la pared. Puedo mirar por la ventanita todo lo que quiero.
Este día se hizo oscuro. Ya había tomado la comida y algunos bichos. Oigo risas arriba. Quiero saber por qué son las risas. He quitado la cadena de la pared y la enrollo en mi cuerpo. He pisado barro hasta llegar a las escaleras. Hacen ruido cuando ando encima de ellas. Mis piernas resbalan porque yo no ando por escaleras. Mis pies se agarran a la madera.
He subido y abierto una puerta. Era un lugar blanco. Como las joyas blancas que caen de arriba algunas veces. He entrado sin hacer ruido. Oigo mejor la risa. Voy hacia el sonido y miro a la gente. Más gente de la que yo pensaba. He pensado que debería reírme con ellos.
Madre salió y empujó la puerta. Me ha dado y me duele. He caído a un suelo muy liso y la cadena hace ruido. He gritado. Ella ha hecho un ruido como si silbara y se ha tapado la boca con la mano. Tiene los ojos muy abiertos.
Me miró. Oigo a padre gritar. Qué cayó gritaba. Ella dijo una barra de hierro. Ayúdame a levantarla dijo madre. El vino y dijo que si eso era tan pesado. Me vio y se puso muy tieso. El enfado .lo tenía en los ojos. Me pegó.
Manché el suelo con el barro de un brazo. No era bonito. El suelo quedaba de un verde muy feo.
Padre me dijo que fuera al sótano. Tuve que irme. La luz me hacía daño a los ojos. No es como la del sótano.
Padre ató mis brazos y piernas. Me pone en mi cama. Oigo risa arriba mientras me estoy quieto mirando una araña negra que camina encima de mí. Pensé lo que padre había dicho. Ohdios dijo. Y sólo ocho.
 
XXX. — Este día aún era oscuro y padre puso la cadena otra vez. Quiero arrancarla de nuevo. El dijo que yo era malo por ir arriba. Dijo nunca lo vuelvas a hacer o te daré una paliza. Eso duele mucho.
Estoy dolorido. He dormido todo el día con la cabeza pegada a la pared fría. He pensado en el lugar blanco que hay arriba.

XXXX — He soltado la cadena de la pared. Madre estaba arriba. Oí risitas muy altas. Miré por la ventana. Vi alguna gente como la pequeña madre y también pequeños padres. Son bonitos.
Hacían ruidos agradables y saltaban en la tierra. Sus piernas se movían mucho. Son como madre y padre. Madre dice que toda la gente honrada se parece a ellos.
Uno de los pequeños padres me vio. Señaló la ventana. Me aparté y me escondí pegado a la pared. Estaba muy oscuro. Me encogí para que no me vieran. Por la ventana oí sus voces y pies corriendo. Arriba oí el golpe de una puerta. Oí a la pequeña madre gritando arriba. Oí pasos muy fuertes y corrí a mi cama. Puse la cadena en la pared y me tumbé.
Oí a madre bajar. Has estado en la ventana dijo. Oí su enfado. No te acerques a la ventana. Has vuelto a arrancar la cadena.
Ella cogió el bastón y me pegó. No grité. No puedo hacerlo. Pero las gotas cayeron por toda la cama. Ella lo vio y se fue e hizo un ruido. Ohdiosmío diosmío ella dijo. Por qué me has hecho esto. Oí el bastón rebotar en la piedra del suelo. Ella corrió arriba. Me dormí.

XXXXX — Este día había agua otra vez. Cuando madre estaba arriba oí a la pequeña bajar poco a poco las escaleras. Me escondí en la carbonera porque madre se enfada si la pequeña madre me ve.
Ella llevaba una pequeña cosa viva. Corría por los brazos y tenía orejas puntiagudas. Ella le decía cosas.
Todo iba bien pero la cosa viva me olió. Se subió encima del carbón y me miró. Los pelos se le levantaron. Hizo un ruido de enfado con el cuello. Gruñí pero me saltó encima.
No quería hacerle daño. Tuve miedo porque me mordió más fuerte que la rata. Me quejé y la pequeña madre gritó. Cogí con mucha fuerza a la cosa viva. Hizo ruidos que yo no había oído nunca. Apreté más. Todo el carbón quedó lleno de gotas rojas.
Me oculté allí cuando madre llamó. Tenía miedo del bastón. Se fue. Me arrastré por el carbón con la cosa. La puse bajo mi almohada y me eché encima. Volví a poner la cadena en la pared.

X —Todo ha cambiado. Padre puso la cadena muy fuerte. Me pegó y me duele mucho. Esta vez le quité el bastón de las manos e hice ruido. Se marchó y tenía la cara muy blanca. Se apartó de mi cama y cerró la puerta con llave.
No estoy muy contento. Aquí hace frío todo el día. La cadena se va despegando poco a poco de la pared. Y estoy muy enfadado con madre y padre. Y se lo demostraré. Haré lo que ya hice una vez.
Chillaré y me reiré muy fuerte. Mancharé las paredes. Me pondré cabeza abajo y reiré y lo pondré todo verde con mis piernas hasta que se arrepientan de haberme tratado tan mal.
Y si intentan pegarme otra vez les haré daño. Lo haré.

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